CAS
2057-2010-LIMA
En el
caso analizado, un trabajador ocupaba el cargo de ingeniero y tenía bajo su
dirección a un equipo de trabajadores. Sin embargo, dentro de la jerarquía
vertical de mando, se encontraba debajo del gerente de operaciones, del gerente
de producción y del gerente general de la empresa. La Corte Suprema observó que
la empresa no demostró en ningún momento que tal trabajador laboró en contacto
directo con el empleador o con el personal de dirección o que en todo caso haya
tenido acceso a conocimientos especiales, para de esta manera clasificar a
dicho ingeniero como trabajador de confianza.
Según un reciente
pronunciamiento de la Corte Suprema, el trabajador que considera ser
hostilizado mediante su traslado, no debe probar, en todos los casos, el
propósito del empleador de ocasionarle perjuicio, bastando con la presentación
de indicios o de medios probatorios idóneos. La exigencia de probar los actos
de hostilidad, de acuerdo a la Corte, no supone una acreditación exhaustiva del
propósito del empleador de ocasionar perjuicio al trabajador sino que se
satisface ofreciendo los indicios y medios de prueba idóneos que permitan
advertir que el empleador decidió el traslado excediendo los límites que impone
el principio de razonabilidad.
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